BIENVENIDOS

Este espacio fue diseñado para orientar a jóvenes, maestros y padres que desean comprender la etapa maravillosa de la adolescencia.

martes, 12 de febrero de 2008

"LA MAMÁ MÁS MALA DEL MUNDO"


Yo tuve la mama más mala de todo el mundo. Mientras que los niños no tenían que desayunar, yo tenía que comer cereal, huevos y pan tostado.

Cuando los demás tomaban refrescos gaseosos y dulces para el almuerzo, yo tenía que comer emparedado.

Mi madre siempre insistía en saber donde estábamos. Parecía que estábamos encarcelados. Tenía que saber quienes eran nuestros amigos.

Insistía en que si decíamos que íbamos a tardar una hora, solamente nos tardaríamos una hora.

Me da vergüenza admitirlo, pero hasta tuvo el descaro de romper la ley contra el trabajo de los niños menores. Hizo que laváramos trastes, tendiéramos camas, y aprendiéramos a cocinar y muchas cosas igualmente crueles.

Creo que se quedaba despierta en la noche pensando en las cosas que podría obligarnos a hacer. Siempre insistía en que dijéramos la verdad y solo la verdad.

Para cuando llegamos a la adolescencia ya fue mas sabia, y nuestras vidas se hicieron aun mas miserables, se volvió posesiva.

Nadie podía tocar el claxon para que salieramos corriendo. Nos avergonzaba hasta el extremo, obligando a nuestros amigos a llegar a la puerta para preguntar por nosotros.

Mi madre fue un completo fracaso. Ninguno de nosotros ha sido arrestado. Cada uno de mis hermanos ha servido a su patria, y " A QUIEN DEBEMOS CULPAR DE NUESTRO TERRIBLE FUTURO? Tienen razón, a nuestra madre.

Vean de todo lo que nos hemos perdido. Nunca hemos podido participar en una demostración y actos violentos y miles de cosas mas que hicieron nuestros amigos.

Ello nos hizo convertirnos en adultos educados y honestos. Usando esto como ejemplo, estoy tratando de educar a mis hijos de la misma manera.

Verán doy gracias a Dios por haberme dado "LA MAMA MAS MALA DEL MUNDO".


Dedicado a mi madre y en especial a los jóvenes, recuerden que su madre siempre estará allí para guiarlos por el camino correcto.

sábado, 2 de febrero de 2008

Vivan los jóvenes

LO QUE ELLOS QUIEREN ESCUCHAR




"Estoy orgulloso de ti".



Con esta frase tan simple, ayudamos a construir la autoestima de nuestro hijo. Es probable que se la digamos cuando consigue algún éxito, pero un adolescente la necesita especialmente cuando falla. Estamos orgullosos de él porque es nuestro hijo... y no hacen falta más motivos. Y, sin embargo, muchos adolescentes de hoy en día pueden no tener la suerte de escuchar este mensaje a menudo.
Deberíamos estar orgullosos de nuestro hijo y reconocerle por lo que es y por los esfuerzos sinceros que hace por mejorar, sin compararle con otros y sin establecer metas arbitrarias como sacar todo sobresaliente, por ejemplo. Sentirse orgulloso de un hijo no debería de los puntos anotados en un partido de baloncesto, por ejemplo, ni de las notas conseguidas.
Puede que resulte difícil estar orgulloso de un hijo cuando toma decisiones equivocadas o cuando falla. Sin embargo, nunca, nunca, debemos permitir que se esfume el cariño. Cuando falle, no diremos: "no llegarás nunca a ninguna parte". Un simple descuido y cuatro o cinco palabras pueden llegar a herirle profundamente. En nuestro hijo adolescente hacen el efecto de: "estoy disgustado contigo como ser humano".

"Aquí estoy".



"Puedes acudir a mi para que te haga falta; siempre estaré aquí para escucharte".
Un adolescente da mucha importancia a poder acudir a sus padres cuando existen problemas; aunque exista rebeldía, en los momentos difíciles necesita tener una seguridad: "mis padres están ahí". Sin embargo, si no le prestamos atención cuando lo está pasando mal, le estaremos dando una buena razón para que se las apañe por sí solo y busque consejo y ayuda en otros lugares.
Hay que escucharles, sin querer hablar y pontificar continuamente. Así, dejamos claro a nuestro hijo que: "Eres importante para mi", "me preocupo de las cosas en las que tú estás interesado", "me gusta escuchar tus ideas y opiniones". Escuchar con atención también estimula el deseo de hablar de los hijos. Se construye un ambiente de respeto y afecto mutuo.

NUESTRO MAYOR TEMOR


Nuestro miedo más hondo no es ser incapaces.

Nuestro miedo más hondo es que somos poderosos sin medida.

Es nuestra Luz, no nuestra oscuridad, lo que más nos asusta.

Nos preguntamos ¿ quién soy yo para ser brillante, atractivo, inteligente y fabuloso?. De hecho,

¿ quién eres tú para no serlo?

Eres un hijo de Dios. Que juegues a ser chico no sirve al mundo.

Nada hay de iluminado en encogerte para que otros no se sientan inseguros en tu presencia.

Nacimos para manifestar la gloria de Dios que llevamos dentro.

No está sólo en algunos de nosotros, está en todos.

Y al dejar brillar nuestra propia luz,

inconscientemente damos permiso a otros para hacerlo también.

Al liberarnos de nuestro miedo,

Nuestra presencia libera automáticamente a otros.

1994, Juanguel Speech,

Nelson Mandela

los adolescentes son especialmente vulnerables a las adicciones





los adolescentes son especialmente vulnerables a las adicciones
Las regiones del cerebro que gobiernan los impulsos no están totalmente formadas a estas edades
El cerebro de los adolescentes es especialmente vulnerable a las adicciones debido a que las regiones que controlan los impulsos no están totalmente formadas a estas edades, lo que significa que las dependencias al alcohol, tabaco y drogas de los jóvenes son desórdenes relacionados con el desarrollo neuronal. Una nueva visión que obligará a replantear la prevención y tratamiento de las adicciones en la juventud.
Los adolescentes son más vulnerables que los adultos y los ancianos frente a las dependencias al tabaco, el alcohol y otras adicciones debido a que las regiones del cerebro que gobiernan el impulso y la motivación no están totalmente formadas a edades tempranas, según han descubierto científicos de la Universidad de Yale.
Después de realizar una investigación sobre 140 estudios sobre las neurociencias básicas y clínicas, comprobaron que los desórdenes en el comportamiento de los adolescentes relacionados con dependencias o adicciones son en realidad desórdenes del desarrollo neuronal. La investigación, publicada en The American Journal of Psychiatry, determinó que los circuitos cerebrales implicados en el desarrollo de las aficiones sufren profundos cambios durante la adolescencia, lo que incita a las personas de estas edades a tener nuevas experiencias.
Al mismo tiempo, como el sistema neurológico de inhibición está menos maduro a estas edades, los adolescentes se ven impelidos a acciones impulsivas y comportamientos arriesgados, incluyendo la experimentación y abuso de drogas adictivas.